La trufa es un hongo subterráneo que crece en simbiosis con las raíces de ciertas especies de árboles. Existen varios tipos de trufa que se diferencian por su apariencia, aroma y sabor. Los tipos más comunes son los siguientes:
-Trufa negra (Tuber melanosporum): es la trufa más valorada y conocida en Europa. Tiene una piel negra con verrugas y una carne negra con vetas blancas. Su aroma es intenso, dulce y afrutado, con notas de tierra y musgo. Se utiliza en platos de alta cocina como pasta, carnes y quesos.
-Trufa blanca (Tuber magnatum): es la trufa más cara y rara. Tiene una piel marrón claro y una carne blanca con vetas blancas. Su aroma es intenso y delicado, con notas de ajo, queso y miel. Se utiliza cruda en platos como carpaccio, ensaladas y risotto.
-Trufa de verano (Tuber aestivum): es la trufa más común y económica. Tiene una piel negra con verrugas y una carne marrón con vetas blancas. Su aroma es menos intenso que el de la trufa negra y tiene notas de almendra y cacao. Se utiliza en platos como huevos, arroz y pasta.
-Trufa de invierno (Tuber brumale): es similar a la trufa negra pero su aroma es menos intenso y tiene notas de tierra y champiñón. Se utiliza en platos como sopas, guisos y patatas.