La trufa blanca también es considerada una de las más exclusivas.
Se encuentra principalmente en Italia, especialmente en la región de Piamonte.
La temporada de recolección va desde septiembre a diciembre, alcanzando su punto máximo en octubre y noviembre.
Su aspecto exterior es de color crema y blanca por dentro. Se distingue por un aroma fuerte y un sabor intenso, lo que la hace muy apreciada en la gastronomía.
Se utiliza principalmente en platos finos, como risottos, pastas. A menudo se sirve cruda, laminada finalmente sobre los platos para preservar su aroma y sabor. Combina bien con ingredientes simples que no opacan su sabor, como quesos frescos, aceite de oliva, carnes.