¿Qué es IGP en alimentación?

La sigla IGP se refiere a "Indicación Geográfica Protegida" en el ámbito de la alimentación. Este término identifica productos agrícolas o alimenticios que están vinculados a una región geográfica específica. La designación de IGP asegura que al menos una etapa crucial de la producción, transformación o elaboración del producto se lleva a cabo en esa área geográfica, contribuyendo a las características únicas del producto, que pueden incluir factores como clima, suelo o métodos tradicionales de producción. Esta protección ayuda a preservar la autenticidad y calidad del producto frente a imitaciones o usurpaciones indebidas de su nombre o reputación.

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Productos con Indicación Geográfica Protegida en España

En España, existen numerosos productos que gozan de la designación de Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que garantiza su origen y calidad. Algunos ejemplos destacados son el Jamón de Teruel, el Queso Manchego, la Aceituna Aloreña de Málaga, el Aceite de Baena, el Azafrán de La Mancha, la Naranja Valenciana, la Alcachofa de Benicarló, el Pimentón de la Vera, y la Cebolla de Fuentes de Ebro, entre otros. Cada uno de estos productos no solo está asociado a una región específica de España, sino que también cumple con normativas rigurosas que aseguran su producción bajo métodos tradicionales y con características únicas derivadas de su entorno geográfico.

¿Qué indica la indicacion geográfica protegida para los consumidores?

La indicación geográfica protegida (IGP) asegura a los consumidores que un producto alimenticio proviene de una región específica con características únicas, garantizando su autenticidad y calidad. Protege contra imitaciones y proporciona una conexión cultural y histórica con el lugar de origen del producto

Denominaciones de Origen de Teruel

En Teruel, España, algunos ejemplos de productos con Indicación Geográfica Protegida (IGP) incluyen el Jamón de Teruel y el Ternasco de Aragón. Estos productos están vinculados a la región geográfica de Teruel y cumplen con normativas estrictas que aseguran su calidad y autenticidad. El Jamón de Teruel se caracteriza por su proceso de curación tradicional en la altiplanicie turolense, mientras que el Ternasco de Aragón se refiere al cordero joven criado en la región conforme a métodos tradicionales. Estas indicaciones protegidas no solo destacan la calidad de los productos, sino que también promueven y protegen la herencia cultural y económica de Teruel.

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