El siguiente paso para hacer nuestras croquetas será preparar la base de la masa. En una sartén grande, derrite los 100 gramos de mantequilla a fuego medio. Si deseas darle un toque más suave y dulce a tus croquetas, añade una cebolla pequeña picada finamente y sofríela hasta que quede transparente. Este paso es opcional, ya que algunas recetas de croquetas de jamón no llevan cebolla, pero le aportará un buen matiz.
Una vez que tengas la mantequilla fundida y la cebolla dorada (si has decidido usarla), añade la harina de golpe. Remueve bien con unas varillas para que la harina se cocine y pierda su sabor crudo, esto debería tardar unos 3-4 minutos. Cuando veamos que la harina empieza a tener color amarillento, sabremos que está lista.
Empieza a incorporar la leche infusionada poco a poco, sin dejar de remover. Lo mejor es añadirla en pequeñas cantidades, asegurándote de que se absorbe bien antes de añadir más. Lo más importante de este paso es remover constantemente con las varillas para evitar que se formen grumos y así obtener una bechamel suave y perfecta.
Es el momento de añadir el jamón, al tratarse de un jamón de calidad superior, no es necesario cocinarlo mucho, ya que su sabor se intensifica en el proceso. Incorpora los trozos de jamón a la masa y mezcla bien para que se distribuyan de manera uniforme.
Por último, añade sal y pimienta al gusto, y si quieres un toque de nuez moscada.