EL CULTIVO DE LA ESPELTA

EL CULTIVO DE LA ESPELTA

Descubre las diferencias y beneficios de esta variante del trigo con altas propiedades nutricionales y resistencia a climas adversos.

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Cultivo en auge

La espelta, a diferencia de la creencia popular, no es una variante artificial o transgénica de este siglo, su origen se estima que se remonta a 7000 años atrás. El desarrollo de la industria en el siglo pasado no llevo consigo la extensión de este cultivo, sin embargo, a día de hoy, se consideran los posibles beneficios tanto a nivel nutricional como en el ámbito de la producción.

EL CULTIVO DE LA ESPELTA

Y es que la composición protéica de este cereal hace que la harina resultante sea más extensible que la del trigo, y esto lo dota de una versatilidad que permite elaborar los mismos productos con espelta que los producidos con harina de trigo. Así podemos encontrar harina de espelta, harina integral, pastas, dulces, etc. Todos estos con el añadido de los diferentes aportes nutricionales que este cereal nos brinda.

Hoy podemos ver como grupos de investigación tales como el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA), apuestan por la promoción de este cultivo, mediante la mejora genética. Observando como la productividad de las variedades que hoy encontramos, supera a la que históricamente consta. La cosecha de la espelta ha reducido su ratio progresivamente, cada vez siendo más próxima a la del trigo. La mayor parte de su producción se destina al consumo del ser humano y se espera que nos familiaricemos más con ésta y que poco a poco sustituya a otros cereales y ocupe un lugar importante en nuestra dieta.

proceso de siembra de la espelta

La espelta comienza su temporada de siembra en otoño, entre septiembre y noviembre. Aunque para una mayor producción el suelo es importante, la espelta tiene ciertas resistencias y facilidades para adaptarse a terrenos en los que otros cultivos no prosperarían.

El uso de fertilizantes no es frecuente para la espelta, y quedan relevados a las ocasiones en las que el suelo es más seco. Este cereal permite su cultivo a mayor altura y en climas más fríos y por tanto el suelo no suele presentar problemas de humedad. Si que es recomentable airear y limpiar de impurezas el terreno previamente a la siembra.

Las semillas se colocan entre unos 3 y 6 cm de profundidad y la distribución se realiza en hileras con una separación de hasta 20 cm, suficientes para que se desarrolle bien.

El abono requerido es preferiblemente orgánica y se aplicaría, si fuera preciso, durante la siembra.

EL CULTIVO DE LA ESPELTA

Condiciones y suelo para cultivar espelta

EL CULTIVO DE LA ESPELTA

Se requiere un clima con una temperatura alrededor de 20 y 25 grados centígrados. La humedad que obtiene el cultivo es parcialmente natural, teniendo en cuenta los meses en los que se siembra. No precisa de mucha humedad más que la presente en el suelo. Es capaz de resistir a condiciones climatológicas muy adversas, se adapta bien al frío, lo que ha dado la oportunidad de promocionar su cultivo en el centro de Europa e incluso en la provincia de Teruel.

En cuanto al suelo, como ya hemos mencionado, no es un cultivo exigente. Si que necesita suelos profundos para favorecer su sistema radicular y desrrollo, con un buen drenaje. El riego no ha de ser abundante, las precipitaciones en los meses de la siembra ya le aportan el agua que necesita (prosperando incluso en años con 400 mm). Sólo se regaría en el momento de la siembra y si se diese una sequía.

Cosecha de la espelta

El encañado se da con la subida de las temperaturas, entonces el tallo crece por la elongación de los entrenudos. El espigado vendría en el momento en el que desaparece la humedad. La espelta pues se recoge a finales de primavera, cuando las espigas se secan y caen por su peso. Tras cortar las plantas se colocarán en un lugar fresco y seco, una vez hecho esto, se precisa de un mes para que el grano haya madurado y se haya secado, entonces se puede proceder a extraerlo.