El mundo de los quesos es enorme. Podemos encontrar tantos quesos distintos… queso curado, queso tierno, queso con pimienta, queso fresco, queso con sal o sin sal… En definitiva, hay multitud de variedades para poder abastecer hasta los paladares más exigentes.
Aun así, en ocasiones nos dejamos guiar por nuestro instinto y escogemos un queso pero desconocemos qué hay detrás de él. ¿Cómo se ha preparado? ¿Con qué tipo de leche está hecho? ¿Cuál es su tiempo de curación?
Por esto, el motivo del post es darles a conocer uno de estos aspectos. En concreto, el tiempo de curación de los quesos. Seguramente habrán oído hablar del queso curado o semicurado; puede intuirse que lo que los diferencia es el tiempo de su curación, pero, ¿en qué consiste realmente? ¿Qué se consigue con la curación?
Cuando se habla del “tiempo de curación” se hace referencia al tiempo que pasa el queso madurando. El queso se compone, básicamente, de proteínas y grasas. Además, también proporciona vitaminas (como la A y la B) y minerales como sodio y potasio. A medida que el queso madura, la proporción de todos sus nutrientes varía. Por lo cual, un queso curado o semicurado tendrán diferentes porcentajes de proteína, sodio, etcétera.
De esta manera, ya se pueden hacer una idea. Según nuestras necesidades fisiológicas tendríamos que escoger un queso u otro, porque no todos contienen el mismo contenido nutricional.
Si nos imaginásemos los quesos ordenados en una escala, de menos a más curación, podríamos visualizar todas las diferencias. Y, la idea principal que se podría obtener es que, a menos curación, menos sal contiene el queso.
El queso por excelencia que no presenta tiempo de curación es el queso fresco.; significa que es un queso que no se deja madurar, sino que es el resultado del cuajado de la leche. Pueden deducir que será un queso reducido en sodio y en grasas. Se trata de un queso ideal para aquellas personas que sufren hipertensión arterial o que buscan adelgazar.
A continuación, encontramos un queso con una consistencia blanda, que es el queso tierno. Este tipo de queso sí que tiene un tiempo de curación, pero muy breve: de 15 a 30 días. Al igual que el queso fresco, es bajo en sal y grasas.
A partir de aquí, ya encontramos quesos con un tiempo de curación mayor, más sabrosos y muy valorados a nivel mundial. Empezaremos hablando del queso semicurado, continuaremos con el queso curado y, por último, añadiremos el concepto de queso añejo.