Los productos aptos para celíacos se han adentrado en el mercado gastronómico de forma muy rápida.
La elevada incidencia de personas con intolerancia al gluten, crearon la necesidad de fabricar y ofrecer al público este tipo de productos.
La celiaquía consiste en una intolerancia al gluten, que es una proteína que podemos encontrar, fundamentalmente, en cereales como el trigo, la cebada y el centeno. Las personas celíacas que consumen productos con gluten sufren distensión abdominal, dolor, etcétera.
Si nos ponemos a pensar, existen muchísimos alimentos que contienen estos tres cereales; además, se trata de alimentos que usamos en nuestro día a día. Por ejemplo, el pan, dulces y pasteles, pasta… Este hecho limitaba en gran medida a este grupo de población. Además, pocos años atrás, era difícil conseguir alimentos sin gluten y a un precio asequible. Los primeros productos que se ofrecieron en grandes superficies tenían precios elevados, por lo que no todo el mundo se los podía permitir.
La gran necesidad que surgió en la población, hizo que muchas empresas empezaran a investigar y a fabricar alimentos sin gluten. A más oferta, los precios podían ser más bajos y así, llegar a cualquier persona.
Actualmente, la gran mayoría de productos que podemos encontrar en un supermercado lleva en su exterior la etiqueta “sin gluten”. Ha sido un gran avance para todos nosotros, ya que todo el mundo tiene derecho a poder adquirir alimentos que no le produzcan ninguna repercusión negativa en su salud.